Una de las preocupaciones más habituales al enfrentarse a una cirugía estética es el miedo a la anestesia. Los pacientes suelen venir inquietos por cuestiones sobre cómo será la recuperación después de la anestesia, e incluso, si hay probabilidad de muerte por anestesia general. Por eso, desde nuestra clínica queremos tranquilizarte acerca de la anestesia ya que hoy en día es un procedimiento médico muy seguro.
Claro que, no podemos negar la existencia de riesgos post anestesia, al igual que ocurre con cualquier operación; cosa que disminuye al ponerte en manos de los mejores especialistas en el sector de la medicina estética. Por esta razón, siempre recomendamos acudir a una clínica de cirugía estética con la suficiente experiencia, donde los riesgos y contratiempos propios de cualquier operación queden minimizados y solventados por el equipo médico.
Tipos de anestesia
La anestesia es una sustancia química que tiene por objetivo disminuir o evitar el dolor en una zona determinada, más o menos amplia, durante una intervención quirúrgica. Los tipos de anestesia que empleamos en nuestras operaciones de cirugía plástica y reparadora son:
- Anestesia total o general. Después de aplicarla, el paciente queda completamente inconsciente y se controla su respiración mediante mascarilla, manteniendo así las funciones vitales. Esta se puede poner a través de una vía intravenosa, o solicitando la técnica de inhalación de gas. Se usa en procedimientos dolorosos como liftings o aumento de pecho.
- Anestesia regional o local. Ambas son requeridas cuando la operación se realiza en una zona o región específica del cuerpo, de manera que el paciente está despierto pero no nota dolor alguno. La aplicamos, por ejemplo, en extirpaciones de bultos, reconstrucciones de pezón o levantamiento de labios.
- Anestesia epidural o raquídea. Las dos se aplican en las inmediaciones de la médula espinal, siendo la epidural la que bloquea las terminaciones nerviosas de una zona concreta, y la raquídea aquella que produce relajación muscular y adormecimiento de efecto inmediato. Se emplean en cirugías como la abdominoplastia o liposucciones.
No podemos pasar desapercibida la sedación, en la que el paciente está dormido, pero respira por sí mismo y se le puede despertar fácilmente. Se suele combinar con anestesia local para que el intervenido no sienta dolor. Esta técnica se usa en cirugías de lifting o blefaroplastia, o combinada con epidural en la liposucción.
Obviamente, la duración de una anestesia general no es la misma que la de cualquier otro tipo. El empleo de una u otra va a depender siempre de la cirugía a la que se someta el paciente, además de otras cuestiones como la edad, si padece alguna enfermedad, etc.
Procedimiento de las cirugías con anestesia
Cuando se va a llevar a cabo una operación, nuestro cirujano plástico realiza un estudio preoperatorio para valorar el estado físico del paciente. Esto lo revisa el enfermero anestesista para valorar las distintas anestesias que son óptimas en ese caso concreto, dependiendo también de la cirugía en cuestión. Si la persona toma medicamentos o tiene alguna alergia conocida, deberá indicarlo en este momento para que nuestros profesionales lo tengan en cuenta y, en el caso de los fármacos, si debe suspender su ingesta durante unos días.
El día de la intervención, el paciente debe acudir en ayunas desde un mínimo de 8 horas antes. Tiene que quitarse todos los objetos de valor que lleve puestos, ya sean pulseras, piercings e incluso implantes dentales (siempre que no sean fijos). Asimismo recomendamos evitar el uso de maquillaje y esmalte de uñas para la ocasión.
Decimos que no hay que tener pánico a la anestesia general porque el anestesista forma parte del equipo del cirujano, y por ende está presente en la cirugía. Su función es que el paciente esté dormido, no recuerde nada de la operación y no sienta dolor, controlando su ritmo cardíaco, presión arterial, respiración y temperatura. Finalmente, una vez que acaba la operación y se traslada al intervenido a la sala de recuperación, el anestesista estará allí observándolo hasta que se despierte completamente.
Anestesia general: riesgos y efectos secundarios
La mayoría de nuestros pacientes se atemorizan ante ciertas operaciones porque ven peligrosa la anestesia general. El saber que no son conscientes de nada de lo que ocurra a su alrededor cuando estén bajo sus efectos, o que hay que intubar para que pueda respirar durante el proceso, no les parece nada agradable.
Para ello, en nuestra clínica de cirugía estética contamos con profesionales anestesistas con muchos años de experiencia en el sector, que conocen todos los tipos de procedimientos que tienen que poner en marcha en caso de alguna anomalía. Aunque normalmente, los riesgos que pueden tener los pacientes ante cualquier intervención están más asociados a patologías como diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad, etc., que a la anestesia en sí.
Las complicaciones derivadas directamente de esta sustancia se pueden producir en cuanto a la respiración del paciente, control de la presión sanguínea o proceso de intubación, entre otros. Estos riesgos son mínimos contando con enfermeros anestesistas que vigilen al paciente durante toda la intervención. Sí que es cierto que hay mayores riesgos de secuelas de anestesia general en niños y en embarazadas, públicos a los que hay que tratar ante cualquier operación de manera diferente.
En cuanto a los efectos secundarios de la anestesia, sí que es habitual sentir desorientación en el momento justo del despertar, junto a frío o náuseas y vómitos. Hay personas que también padecen dolor de garganta al tragar tras haber tenido colocado un tubo de respiración. Todos estos fenómenos van disminuyendo conforme avanzan las horas de la cirugía.
¿Qué pasa después de una anestesia general?
Después de las operaciones con anestesia, el paciente necesita un tiempo en recuperación en la sala de reanimación hasta que se despierte poco a poco. Más tarde, y dependiendo del grado de la intervención, lo trasladamos a planta o, en casos de cirugía ambulatoria, puede irse a casa en cuanto le den el alta.
Tenemos casos de personas que nos solicitan ante un tratamiento facial sin cirugía, que les apliquemos una crema anestésica para evitar el dolor de los pinchazos e inyecciones. Emla es una pomada analgésica que se extiende sobre la piel con un pequeño masaje, consiguiendo dejar la zona relajada. Se deja actuar de 30 a 40 minutos y después se procede al tratamiento elegido, ya sea infiltraciones de bótox, ácido hialurónico, etc.
Estas sustancias tópicas hay que extenderlas con cuidado, ya que su uso excesivo en una zona determinada provoca consecuencias de la anestesia graves en la piel como pueden ser irritaciones, cambio de color e incluso dificultad para respirar.
Podemos concluir que existe multitud de diagnósticos y tratamientos sobre la anestesia que la convierten en un método seguro. Entendemos que a cualquier persona pueda darle miedo, e incluso que crea en bulos como que la anestesia engorda o parecidos. En nuestro equipo de profesionales en medicina estética de Madrid estamos dispuestos a ayudarte y solventar cualquier duda que pueda surgirte al respecto.
¡Que la anestesia no sea un impedimento para lucir como siempre has querido!